Sólo permanece viejo lo que se mira con ojos de ayer.

sábado, 9 de febrero de 2013

Vi un panadero que volaba con un edificio de fondo. El edificio se recortaba en un cielo celeste. Si el panadero se salía del encuadre de cemento, mis ojos lo perderían de vista, confundiéndolo con el celeste pleno del cielo. Eso sucedió finalmente.
Así también se me pierde tu voz, cuando le das el vuelo que merece tener, y se confunde con la voz de los animales que se adueñan de la noche salvaje. Se entremezcla tu voz con esos cantos, se indistingue, forma cuerpo con esas estelas sinfónicas, y se hace dueña también ella de la noche. Y al final, tu voz no es ya sino el animal salvaje.

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