Sólo permanece viejo lo que se mira con ojos de ayer.

domingo, 28 de agosto de 2011

sabrosos sinsabores

me agoté de buscar sin poder hallar
cada sabor que hoy pasó por acá
las lenguas sangrantes de tanto rasgar
en la hondura de dulces besos
y amargos displaceres

sábado, 27 de agosto de 2011

Altivez de faro tenue

¿En qué momento capitulaste? ¿Por qué te rendiste ante la evidencia de no haber encontrado mi puerto?
Yo, en cambio, no dejé de buscarte. Desde que salí a la luz hasta que te dí a mí, no cesé jamás. Y ahora que te di (necesariamente en tu bahía), decido que ya no sos para mí, porque ya no sos vos. No puedo desplegar mis velas con quien se rinde ante la más leve brisa y busca su bálsamo en labios más fáciles de encontrar que los míos.

Si parece altivez, juro que es la que mantiene a un guerrero de pie, y no la de quien aparenta ser lo que no es.

Que es la misma que mantiene inalterable un faro en el mar.

sábado, 20 de agosto de 2011

Sinécdiques manos

Me tengo atrapado en mis manos
son más grandes que yo,
me quiero rebalsar
no puedo
¿no puedo?

Yo amo sinécdoques
pero a ésta no la aguanto
porque diquea
mi torrente
con muros (que pretenden ser) infranqueables
y siendo así
es sinéc di que espero derribar,
pregunta
¿me es necesario derribar?
respuesta
ésta sí, porque es de las que alzan barreras
de las que no dejan correr

Necesito rebalsar mis manos
para empezar a fluir
mojar mi seco lecho
y ser catarata en mi ser

Dilema ontológico

Uno en una cápsula se conserva,
cristalizado
sin contaminar(se),
sin arriesgar(se),
sin cambiar nada de lo que uno es,
o al contrario y mejor dicho,
siendo cada vez menos.
Pero si pensamos que de transformaciones está hecho uno,
entonces de esto se sigue que
si uno mismo no (se) transforma
indefectiblemente no es.
Ergo, quizá el dilema se resuelva
rompiendo los cristales de la cápsula
y contaminándose un poco ahí afuera.
En ese afuera del que siempre nos infundieron temor
quienes querían que permanezcamos encapsulados.