Ella es el sol que el verano
nunca se atrevió a mostrar,
apagada y reluciente,
tranquila pero urgente.
De su seda, larga y brillante,
decir pelo es eufemismo.
Y que es su menor virtud,
una verdad inapelable.
Mi verdad inapelable.
Que es inclasificable es otro acierto.
Aunque yo juegue a encasillarla
ella encuentra siempre puertas de salida.
De imprevisibles.
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