Sólo permanece viejo lo que se mira con ojos de ayer.

jueves, 3 de febrero de 2011

Con la sal en la boca

"Me quiero quedar mirando el mar
ese mar que no te pide nada
más que una simple mirada,
ese mar que te muestra que está ahí,
siempre cerca y con eso me alcanza"

NTVG


A menudo se piensa: "Este lugar me pertenece". El error más grande,
ya que no son los lugares quienes pertenecen a las personas,
sino las personas a los lugares. Sweet Loreta Martin lo sabe muy bien
y yo también.



Volvimos curtidos por un mar correntino (por la corriente del mar)
que curó nuestras pieles sin pedir algo a cambio.
Por un mar que nos invitó a perderle el miedo, pero nunca el respeto.

(No existe Dios.
La verdad del mar en cambio.

La única verdad que evidencia el mar: es el Dios que dibujó las tierras en el principio
y las moldea a cada instante con su fuerza-corriente incuestionablemente demoledora.

Sólo la vanidad del hombre pudo llegar a personificar la figura de Dios
imaginándolo como un hombre, con ojos, boca y alma. El error es doble cuando se comprueba que el hombre conocía los mares aún antes de teologizar sobre un algo supremo).

Decía entonces que volvimos curtidos por el mar, pero también por el sol.
Este otro Dios nos cobijó bajo su llanto de fuego, produciendo así el milagro en nuestros cuerpos. Porque los devolvió con un aspecto exhuberante, que desborda salud por donde se lo mire. En contraste a lo que hace este Dios, están los cuerpos tísicos que producen las ciudades (y lo reconoce alguien que no sabe vivir fuera de una metrópolis), blancos de anemia, con manchas, con ceborrea y varios etcéteras, que despiertan la pena en quien los mira.
Otra cosa que despierta pena es pensar cuánto podríamos disfrutar la naturaleza si no fuésemos tan cínicos de transar 350 días de esclavitud regalando el plus de valor que genera nuestro trabajo por 15 días al aire libre.

However...

That's what all the people wish...
That's life...

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