Sólo permanece viejo lo que se mira con ojos de ayer.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

mi pena, apenas

(es, pues, un enamorado el que escribe y sangra)

Cuando del cielo de tu boca
cae la lluvia de tus besos
mi pena se alivia
(mientras dura el acto: no antes, no después)

por ese instante tu estrella fugaz
atraviesa la inmensidad de mi cielo,
mi cielo y mi pena son bastante parecidos:
inmensos, negros e intangibles.

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